Aunque haya querido resistir vuelvo a instalarme en mi cómoda máscara.
Es el momento donde los demonios son fuertes y buscan salir,donde miro hacia atrás y todos los recuerdos me latigan y me quieren amarrar
me dejo enredar entre sus ramas espinosas que lentamente cortan cada pedazo de ganas de seguir pisando y en un tono burlesco me recuerdan las razones por las que quisieron alojarse en mi mente de nuevo.
Es donde quiero dormir y no despertar, es donde quiero cortar de raíz con todas esas falsas expectativas que yo misma le he creado a las personas
para que por un segundo piensen que vale la pena quien tienen al lado, pero se empiezan a fragmentar y lo harán hasta que queden millones de restos,
cada uno acompañado por lágrimas y sentimientos que denotan que no fue suficiente cada peldaño que quise escalar.
Donde muchas voces se reúnen en un carnaval ruidoso lleno de desgarradores zumbidos que únicamente escucho yo,
donde estos chocan con las ganas de querer dibujar en mi piel los códigos descifrados
que lentamente me dejan impresa, tatuada cada una de las historias detrás de las cicatrices.
Aunque haya querido resistir abro esa cajita de pandora que había dejado en el cuarto de sanalejo de mi mente de delgado
cristal, me encuentro con mucho, me encuentro con nada.